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La emoción ronda en la sacristía de la resquebrajada iglesia medieval de San Francisco de Visso: los 'cascos azules' italianos de la cultura acaban de salvar un precioso fresco dañado por el terremoto que en octubre devastó el centro de Italia.
El fresco, una crucifixión del siglo XV atribuida al maestro Paolo da Visso, va revelando lentamente sus colores pálidos, ocres y violetas, que resaltan entre los escombros bajo un amplio nicho, detrás del enorme mueble de madera de la sacristía, milagrosamente en pie.
Salvar la pintura ha sido fruto de un trabajo metódico, minucioso y, sobre todo, colectivo, en el que participaron agentes del cuerpo de carabineros expertos en patrimonio, especialistas en arte, historiadores, arqueólogos, arquitectos y restauradores.
Son los 'cascos azules de la cultura', una suerte de Cruz Roja que protege y socorre monumentos históricos, iglesias antiguas u obras de arte heridas por los terremotos en Italia.
En pocos meses podrán operar como un cuerpo de paz que protege bienes culturales en países cuyos símbolos de civilización han sido destruidos por guerras o catástrofes naturales.
Lo que hace un año resultaba casi una quimera, hoy es una realidad tras el acuerdo con la Unesco para lanzar la operación 'Unite4Heritage' (Unidos por el Patrimonio),
En Visso trabajan unas 40 personas, entre jóvenes voluntarios, expertos en arte, funcionarios del Ministerio de Cultura, bomberos, protección civil y carabineros.
Con extremo cuidado y armados con cascos y guantes, estas personas retiran las piezas que decoraban la iglesia, una de las joyas de la arquitectura de la Edad Media antes de que el altar quedará reducido a escombros.
- 5.000 obras salvadas en dos semanas -
"Era la iglesia más antigua de las Marcas, una región con tesoros inestimables y que contaba con nada menos que con 483 iglesias", cuenta el responsable de la recuperación, Pierluigi Morricone, de la unidad de crisis del Ministerio de Cultura e historiador de arte.
"Salvamos unas 600 obras de arte al día. Al menos 5.000 en las últimos dos semanas", reconoce con orgullo.
Bajo un sol frío, la 'perla' de los Montes Sibilinos, fundada en el año 907 y que ha sobrevivido a todo tipo de saqueos desde el imperio Bizantino, espera renacer, pese a que Visso es un pueblo fantasma desde el terremoto del 26 de octubre.
"La prioridad es salvar obras, pinturas, frescos, reliquias, esculturas, estatuas, objetos litúrgicos, candelabros, cruces, custodias, incensarios", explica Morricone mientras indica uno a uno cada objeto antes de ser catalogado y empaquetado.
Con admirable paciencia y con una brocha de cerdas delicadas, Antonio limpia la capa de polvo de una enorme pintura del siglo XVIII, que representa al niño Jesús sobre una virgen con corona de oro.
Como si fuera un milagro, los mantos rojos y azules reviven y los ángeles reaparecen.
"Visso es una ciudad de arte. Esto es un drama. Debemos recuperar este territorio, no podemos rendirnos. El 6% del patrimonio mundial del arte está en esta región", sostiene Antonio, que prefiere mantener el anonimato.
Este director de un museo de Recanati, a 100 kilómetros, dedica todos los días de cierre a participar como voluntario en el rescate de obras.
"Estamos aquí desde el primer terremoto, el del 24 de agosto, que dejó 300 muertos. Después siguió una cadena de seísmos devastadores", cuenta el capitán de los carabineros Paolo Montorsi, un 'casco azul' dispuesto a ir de misión por el mundo.
"Estamos preparados para trabajar en cualquier país. En Libia, Siria (e) Irak tenemos mucha experiencia en el sector de la tutela de bienes culturales. Existimos desde 1969 y hemos preparado a los cuerpos de policía de muchos países", explica mientras coordina la salida de camiones cargados de tesoros hacia bodegas secretas.
El primer grupo de 60 cascos azules culturales ?30 carabineros y 30 expertos entre arqueólogos, arquitectos e historiadores de arte? está listo para salir en cualquier momento para rescatar la cultura en países donde la guerra y los conflictos han destruido el patrimonio histórico y cultural, como en Siria, Irak o Libia.