Las cosas han cambiado y mucho. La nueva era de la conciencia está afectando a todos los aspectos de nuestra vida, pero sobretodo a las relaciones humanas. Hace muchos años existía un protocolo escrito, unas normas de etiqueta, un código por el que se regía cualquier persona que se considerara con un poco de educación y clase. Esto facilitaba mucho las cosas. Siempre se ha dicho que las reglas son un conjunto de acuerdos y convenciones comunes que sirve para facilitar la manera de relacionarse con los demás.

Bien, especialmente en el cortejo a las damas (en ese momento ni tan siquiera podíamos pensar que las mujeres abordasen a un hombre), esas normas eran muy útiles. Más allá de la dificultad que impusiera la dama, o la diferencia de clase social, la fase de conquista era muy sencilla. No tenía nada de creativa. Se trataba de seguir un proceso escrito y estudiado y ambas partes sabían lo que venía después. No había confusión, no tenía pérdida, especialmente para los hombres.

Afortunadamente aquello terminó. Bueno, afortunadamente para las mujeres, porque se abría una puerta para que los hombres pudieran hacer algo distinto a lo pactado por la tradición. Sin embargo, desde la ruptura de estas convenciones tan bien ataviadas, los hombres han descabalado toda su caballerosidad, pasado de ser aquellos conquistadores decididos y considerados a convertirse en seres torpes e inseguros que difícilmente tienen algo bueno que decir en el momento oportuno. Los hombres, tan prácticos y metódicos, al verse desprovistos de un guión ya no han sabido qué hacer en los últimos años y el resultado ha sido todo ese mundo de situaciones a veces ridículas que se dan entre las parejas, malentendidos y sobre todo, lo peor de todo, la resignación de la mujer a no vivir experiencias románticas inesperadas, increíbles e inolvidables. Las mujeres han creído, con el paso de las últimas generaciones, que los hombres no dan más de sí, que ya no tienen solución, que un hombre, con su carácter metódico y práctico, no tiene la imaginación, sensibilidad y dedicación que a ellas les gustaría. Hay excepciones, por supuesto, como en todo, pero el panorama general que vemos es el de un hombre perdido y una mujer que espera. ¡Cuántos desatinos amorosos! ¡Cuántos primeros besos perdidos! ¡Cuántas frases de película que no se han dicho! ¡Cuánto amor perdido! No es justo, no podemos dejar que esto acabe siendo sólo la fantasía de un guionista de Hollywood, no puede ser que esas escenas maravillosas sólo ocurran en las películas. Se puede hacer en la realidad, se puede llevar a cabo, podemos sorprender a nuestras mujeres y hacerlo de una manera que cambie sus vidas. Podemos y lo haremos. Bienvenidos al mundo donde las reglas de los románticos han cambiado, bienvenidos al mundo del Marvelove.

La entrada Las reglas de los románticos han cambiado. Bienvenidos al mundo del Marvelove aparece primero en Blog de Isaac.