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El IPN ha decidido demandar a sus exalumnos por no convenir a sus intereses, por convertirse en "competencia" de sus propios productos aún cuando no sean iguales a los que el Instituto produce
El Instituto Politécnico Nacional (IPN) es una de las instituciones educativas más importantes del país, cuya misión, desde su creación, ha sido “formar integralmente a técnicos, profesionistas e investigadores a través de programas pertinentes en diversas áreas del conocimiento, que realiza investigación científica y tecnológica; promover la innovación y fomenta la vinculación y extensión con los sectores productivo y social, para contribuir al desarrollo tecnológico, económico, político, social y cultural del país.”
Sin embargo, en los últimos meses algunos de sus miembros directivos, teniendo como vocera a la Dra. Sonia Mayra Pérez Tapia, directora ejecutiva de la Unidad de Desarrollo de Investigación e Innovación Médica y Biotecnológica de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN, han realizado una campaña de desprestigio en contra de aquellos ex alumnos que han creado empresas basadas en conocimientos y técnicas adquiridas dentro de la institución, contradiciendo el principio de ser “motor para el desarrollo”.
La campaña va adjunta de una denuncia ante la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) por venta ilegal y publicidad engañosa, sosteniendo que los productos creados por sus ex alumnos a partir de investigaciones propias sobre el Factor de Transferencia, son falsos y aseveran son una copia del Transferón, marca patentada por el IPN.
Si bien las investigaciones del IPN que han llevado a la creación del Transferón se han realizado desde 1978, el hallazgo del Factor de Transferencia se debe al Dr. Sherwood Lawrence (Nueva York, EE UU, 1916) quien, en 1949 mientras estudiaba la tuberculosis, descubrió que una sustancia de extracto de leucocitos (glóbulos blancos) tomada de un individuo que se había recuperado de la tuberculosis podía transferirle a un receptor que no había sido infectado todavía una respuesta inmunitaria positiva a la tuberculosis. A esta sustancia le llamó Factor de Transferencia.
El factor de transferencia es un nombre genérico cuya investigación se realiza por diversas universidades e instituciones en todo el mundo y no es exclusivo del IPN
Tras el hallazgo del inmunólogo estadounidense, científicos de todo el mundo desarrollaron investigaciones que arrojaron que no sólo se podía obtener extracto dializable de leucocitos de humanos, sino de otros mamíferos.
El Transferón está hecho a partir de extracto dializable de leucocitos de humanos, mientras que el creado por las empresas demandadas está creado a partir de extracto dializable de leucocitos de bovino o cocodrilo, y cada una cuenta con autorización de las autoridades sanitarias mexicanas, así como investigaciones científicas propias, por lo que no son competencia del producto creado por IPN.
Además, el IPN pretende que los ex alumnos no mencionen los estudios adquiridos dentro de la Institución por considerar que contravienen a los intereses del Transferón.
Estas acciones ponen en riesgo no sólo a las empresas demandadas, pues se corre el riesgo de clausura, lo que dejaría sin empleo a cientos de personas, sino que sentaría un precedente para que los Institutos y Universidades demanden a sus egresados por emprender con conocimientos adquiridos dentro de sus aulas.
¿Qué es el Factor de Transferencia? Básicamente es el proceso de transferir inmunidad local (órganos o tejidos) o bien, inmunidad sistémica, cuando se beneficia a todo un sistema como el respiratorio, el músculo-esquelético o bien al propio sistema inmunológico. Esto es posible gracias a la transferencia de un extracto de leucocitos de un ser vivo inmune a otro no inmune, lo cual significa que siglos de evolución pueden simplemente transferirse entre individuos o bien, entre distintas especies.
El IPN demanda a sus exalumnos por emprender con conocimientos adquiridos dentro de sus aulas, poniendo en riesgo a dichas empresas y a cientos de personas que trabajan en ellas